Londres – La semana pasada, Sony anunció la quinta generación de su popular gama de cámaras compactas premium con sensor de 1″. La Sony RX100 V presume de una impresionante ráfaga de 24 fps y de un sistema de AF de alto nivel, virtudes que hemos podido poner a prueba durante nuestra toma de contacto desde la sede europea de la firma.
Rápida, muy rápida
La nueva RX100 V de Sony, incorpora el mismo procesador Bionz X más el front-end LSI que la muy recientemente presentada Sony A99 II –al igual que la Sony a6500, que también lo hereda–, una potencia que resulta evidente, cámara en mano, y que redunda tanto en la calidad de imagen, como en velocidad de ráfagas y sistema de enfoque. En este sentido, las ráfagas pueden ser a 24 fps a máxima resolución y ello durante 8 s –para un total de 150 imágenes–; es capaz, pues, de procesar nada menos que 480 Mpx de datos por segundo –24 fps x 20 Mpx–, un resultado similar que con la SLT A99, de 504 Mpx/s –12 fps x 42 Mpx–.
De hecho, desde Sony se comentó que cada vez hay más usuarios profesionales que usan las RX100 de respaldo o como segunda cámara; y es que la nueva RX100 V es muy compacta teniendo en cuenta lo que ofrece.

La RX100 V incorpora la tecnología de estructura stacked –apilada– en su sensor CMOS Exmor RS de 20 Mpx –como el que ya encontrábamos en la RX100 IV– y que permite hasta un 5x de velocidad más de lectura, algo solo disponible en los sensores para cámaras Sony; de momento…

Pero esa no es la única ventaja del sistema de «apilado», ya que el citado sistema stacked ofrece ventajas adicionales a la hora de minimizar el efecto de rolling shutter y el blackout. Este oscurecimiento momentáneo a través del visor está presente en todas las cámaras réflex de espejo móvil y no deja de tener incidencia también ciertas cámaras sin espejo. A tenor del sistema de obturación empleado en cada momento y los parámetros de ajuste, incluyendo la tasa de refresco del visor electrónico, dependiente, a su vez del sensor.
Con la RX100 V en mano, se aprecia mucho el incremento de la velocidad respecto a versiones anteriores, tanto de ráfagas como de enfoque; sorprende lo bien que se desenvuelve teniendo en cuenta lo compacta que es.

El sistema de enfoque –y en particular el AF-C o AF de seguimiento continuo– ha recibido una notable mejora; los 315 puntos PDAF de su sistema híbrido de enfoque –por contraste y detección de fase– tienen seguramente mucho que ver, apoyados además en la rápida gestión de la ingente cantidad de datos por parte del procesador.
Diseño y manejo
En lo que respecta al diseño y manejo de la nueva RX100 V los cambios vienen por dentro, «bajo la piel» y no en el exterior –al menos que hayamos apreciado– respecto el modelo anterior, manteniéndose también la óptica firmada por Zeiss, un Vario-Sonnar equivalente a un 24-70 mm f/1,8-2,8.

Así, la puesta en marcha de la RX100 sigue siendo rápida en esta versión «V», al tiempo que se mantiene el magnífico visor EVF extraíble –introducido con la RX100 III–, y que no ha cambiado respecto a la versión IV, cuando pasó de 1,44 Mpx. a 2,35 Mpx. Y decimos magnífico en cuanto a utilidad y prestaciones –las partes ópticas, con lentes aesféricas y tratamiento Zeiss T* son soberbias– si bien la operación de extracción del cuerpo para su funcionamiento nos sigue pareciendo un tanto prolija –en dos fases– y potencialmente de delicado mecanismo. En su defensa, se agradece que a pesar del poco espacio disponible ofrezca ajuste de dioptrías.

La pantalla abatible es también un plus, aunque sigue sin ser táctil, y pese a que algunos usuarios no lo echarán en falta, muchos otros se preguntarán por qué tarda tanto Sony en implementarla…


A nuestro juicio, la RX100 V, al igual que toda la familia de compactas de sensor de 1″ de Sony, sigue pecando de un exceso de minimalismo, que si bien le confiere un estética atractiva y mucha compacidad, limita un poco su manejo y ergonomía en general –estamos lejos de lo que ofrece una Fuji X30 o una Panasonic LX100– si bien no es menos cierto que, aún así, su anillo de control en el barrilete del objetivo, siempre práctico, facilita las cosas.

Por otro lado, también pudimos ver de cerca el nuevo Marine Pack, un accesorio compatible con toda la familia RX100. Esta carcasa subacuática estará disponible a partir de noviembre por un precio aproximado de 360 €.

Muestras
Tal como es habitual en esta clase de eventos de toma de contacto para medios especializados, se habían preparado una serie de «sets» para poner a prueba las cámaras. En el caso de la RX100 V, al ser ya casi final, estaba permitido compartir las imágenes. Algunos de estos montajes, o escenarios, con luz controlada, incluían modelos y también un dispositivo por vibración que permitía poner a prueba la velocidad de las cámaras a la hora de captar líquidos de colores en movimiento.

Sin olvidar en ningún momento la jerarquía de cámara –compacta de sensor de 1″– ni su elevado precio –en torno a 1.200 €– las imágenes obtenidas destacan en muchos aspectos, sobre todo en términos de gestión de datos y velocidad de procesado.

Respecto a la calidad de imagen final, sobre lo que podemos ver en estos JPEG de cámara –habrá que esperar a poder procesar los archivos RAW– podemos augurar un buen compromiso general entre detalle y gama tonal para un sensor de estas características.

Las distorsiones geométricas y otras trazas ópticas parecen estar bastante contenidas, como pudimos comprobar en modelos anteriores, eso seguramente obedece más a un elenco de correcciones digitales vía procesado interno en cámara que a un diseño óptico más puro, pues bastante milagro es meter ese esquema de focales y luminosidad en un cuerpo tan pequeño.

Respecto a la relación señal-ruido, vemos un compromiso coherente hasta un grado de sensibilidad cercano a los 800/1.600 ISO, más allá, por imposiciones de tamaño de la fotocélula del sensor, cierto sobreprocesado asoma en las tomas JPEG a 3.200 o 6.400 ISO. Seguramente en las tomas RAW se pueda trabajar con mayor margen sin perder nitidez.

La capacidad de respuesta del AF-C, y especialmente el muy corto retardo de disparo, pudimos ponerlos a prueba a través del peculiar dispositivo piezoeléctrico de «disparo» de geles coloreados.



En suma, una positiva toma de contacto –what else dado el montaje realizado– cuyos resultados habrá que corroborar en una prueba más pausada, que permita explorar otros aspectos de esta RX100 V de Sony.
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